En un entorno impulsado por la velocidad y dominado por crecientes incertidumbres, las empresas expresan cada vez más dificultades para sostener y mejorar su posición competitiva. Empresas poderosas como IBM, Apple, Yahoo, Microsoft o Nokia saben que el éxito empresarial nunca es un «pertrechos» y que cualquier posición de liderazgo a grande plazo ahora puede erosionarse en semanas e incluso días en algunos sectores.

Hace al punto que unas semanas, circulaban rumores sobre el colapso de la cíclope Eastman Kodak Company. El ícono de 131 abriles que llevó la fotografía a las masas y lanzó la primera cámara digital se ve obligado a contraponer las duras realidades del nuevo mundo empresarial.

La empresa de la marca K es otro ejemplo claro de que no existen reglas ganadoras definidas en los negocios; cualquier entorno competitivo puede estar afectado en cualquier momento. Las reglas de los juegos de negocios ahora pueden ser reinventadas e impuestas por nuevos participantes. Ya no es el privilegio de los grandes o poderosos.

En este campo de muestrario en constante cambio, es esencial que las empresas que deseen sobrevivir y prosperar comprendan su entorno, rastreen a sus competidores, revisen críticamente su posición y nunca caigan en la trampa de la complacencia: este es el concepto mismo de inteligencia empresarial.

Una búsqueda rápida en Google extrae millones de páginas de Internet sobre inteligencia empresarial. Muchos de ellos asocian este concepto a las tecnologías de la información (TI). Wikipedia, la ilustración en recorrido, define la inteligencia empresarial como «técnicas informáticas que se utilizan para identificar, extraer y analizar datos empresariales». En el sitio web searchdatamanagement.com, se puede descubrir «la inteligencia empresarial es una categoría amplia de aplicaciones y tecnologías para compilar, acumular, analizar y proporcionar entrada a datos para ayudar a los usuarios empresariales a tomar mejores decisiones comerciales».

Estas definiciones son incorrectas. Sí, la TI está en el corazón de la inteligencia empresarial. No, la inteligencia empresarial no es TI como algunos podrían afirmar. ¡Es solo un facilitador!

Para fijar la inteligencia empresarial e ilustrar su importancia para las empresas, se puede hacer relato a una técnica simple y natural utilizada por los murciélagos (¡Sí, murciélagos!). Los murciélagos emiten, en la oscuridad, vocalizaciones de adhesión frecuencia a través de la boca y la ñatas mientras vuelan. Estas vocalizaciones luego rebotan en ellos como ecos, lo que les permite formar imágenes de su entorno en sus cerebros. Si sus oídos se lesionan o se tapan, no pueden aceptar ningún eco y, por lo tanto, pierden la capacidad de ubicarse y moverse en consecuencia. Este proceso continuo conocido como eco-localización es una condición sine qua non para la supervivencia de los murciélagos, ya que les permite escanear su entorno, rastrear a sus presas, idear sus movimientos futuros y eventualmente alimentarse.

La inteligencia empresarial es la ecolocalización de las empresas. Con la nueva dinámica de los juegos empresariales, es cardinal que las empresas se ecoloquen de forma constante, evalúen críticamente su posición y adapten sus movimientos estratégicos en consecuencia.

Los empresarios y gerentes de negocios que afirman que la inteligencia empresarial es inútil y que su talento y experiencia son suficientes para apoyar que su camino con destino a el éxito estén viviendo fuera de este mundo. Claro, el talento y la experiencia ayudan, pero sin una comprensión adecuada de su entorno empresarial y un prospección de su posición competitiva, las empresas están condenadas al fracaso.

Para aquellos que quieran tener éxito, tengan esto en cuenta: ¡las empresas inteligentes usan la ecolocalización!

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